Buena tarde compañeros y compañeras, en está ocasión tocaremos un tema
que es de mucha utilidad al momento de hacer un libro, como lo es conocer cada
parte que lo compone. Mis compañeras y yo haremos diferentes entradas
detallando alguna de las partes más importantes a la hora de elaborar un libro
que esperamos les sean de utilidad.
Bueno, en este momento comenzaré con:
BIOGRAFÍA
La biografía es la historia de vida de una persona.
La palabra proviene de un término griego compuesto: bios (“vida”) y graphein
(“escribir”).
En los casos más usuales, sin embargo, una
biografía es una narración escrita que
resume los principales hechos en la vida de una persona. También se conoce como
biografía al género literario en el
que se enmarcan estas narraciones.
Las biografías suelen comenzar con el nacimiento
del sujeto en cuestión (por lo general, una persona pública y famosa) e incluso
pueden remontarse a sus antecedentes familiares (árbol genealógico,
antepasados, etc.). Las biografías cuyo protagonista ya ha fallecido llegan
hasta el momento de su muerte, mientras que, en los otros casos, el autor de la
narración puede elegir hasta qué momento abarcar.
Como género literario, la biografía es narrativa y
expositiva. Aparece redactada en tercera persona, con la excepción de las
autobiografías (donde el protagonista es quien narra las acciones). Pese a que
puede incluir apreciaciones subjetivas del autor y datos sobre el contexto en
que transcurre la vida del protagonista, la base de la biografía son los datos
exactos y precisos, como fechas, nombres y lugares.
ESTRUCTURA BÁSICA DE UNA BIOGRAFÍA
§ Introducción: Una presentación del personaje.
§ Desarrollo: La narración de los sucesos
trascendentes de su vida.
§ Conclusión: este es el segmento más subjetivo, con
una valoración sobre la trascendencia del personaje.
¿CÓMO ESCRIBIR UNA BIOGRAFÍA?
§ Debe tenerse claro sobre qué persona vamos a
hacerla, y juntar la mayor cantidad de datos posible en torno a ella y a su
vida, a fin de ofrecer un trabajo completo y homogéneo.
§ Debe tenerse en cuenta que la finalidad de este
tipo de textos es, sobre todo, dar a conocer lo fundamental en la vida de una
determinada persona pública; dándole
más importancia a su labor profesional que a las circunstancias de su vida
privada y contando acerca de su manera de trabajar y todo lo que pueda ser
relevante para comprender su obra.
§ De ser posible, conviene entrevistar, si no es
posible al protagonista sí a alguna persona que haya estado cerca de él, y
juntar todos los datos que puedan ayudarnos a redactar su historia
§ Una vez que se tiene toda la información es
recomendable organizar todo el contenido y las ideas antes de comenzar a
plasmarlas y saber discernir de toda esa información cuál es realmente
relevante y cuál puede descartarse.[1]
EJEMPLOS DE BIOGRAFIA:
Miguel de Unamuno
(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, principal
exponente de la Generación del 98.
Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la
universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle, Herber Spencer,
Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis Crítica del problema sobre
el origen y prehistoria de la raza vasca, y poco después accedió a la cátedra
de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca, en la que desde
1901 fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.
Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se
centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio
trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana y
más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones filosóficas de Spencer,
Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros, vías de salida a su
crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones personales y las
paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de
un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura, en tanto
que expresión de la intimidad, para resolver algunos aspectos de la realidad de
su yo. Esa angustia personal y su idea básica de entender al hombre como
"ente de carne y hueso", y la vida como un fin en sí mismo se proyectaron
en obras como En torno al casticismo (1895), Mi religión y otros ensayos
(1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del sentimiento trágico de la
vida en los hombres y en los pueblos (1913).
El primero de los libros fue en realidad un
conjunto de cinco ensayos en torno al "alma castellana", en los que
opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición eterna del
presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en
el seno del pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso
entonces, la solución de muchos de los males que aquejaban a España era su
"europeización".
Sin embargo, estas obras no parecían abarcar, desde
su punto de vista, aspectos íntimos que formaban parte de la realidad
vivencial. De aquí que literaturizase su pensamiento primero a través de un
importante ensayo sobre dos personajes clave de la literatura universal en la
Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que, por otra parte y en
flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en libros anteriores,
proponía "españolizar Europa". Al mismo tiempo, apuntó que la
relación entre ambos personajes cervantinos simbolizaba la tensión existente
entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad de la vida y
la común aspiración a la inmortalidad.
El siguiente paso fue la literaturización de su
experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación
individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo
individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el
intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración
moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus
obsesiones del hombre como individuo. "Hablo de mí porque es el hombre que
tengo más cerca."
Su narrativa progresó desde sus novelas primerizas
Paz en la guerra (1897), y Amor y pedagogía (1902) hasta la madura La tía Tula
(1921). Pero entre ellas escribió Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), y sobre
todo Tres novelas ejemplares y un prólogo (1920), libro que ha sido considerado
por algunos críticos como autobiográfico, si bien no tiene que ver con hechos
de su vida, sino con su biografía espiritual y su visión esencial de la
realidad: con la afirmación de su identidad individual y la búsqueda de los
elementos vinculantes que fundamentan las relaciones humanas.
En ese sentido, sus personajes son problemáticos y
víctimas del conflicto surgido de las fuertes tensiones entre sus pasiones, y
los hábitos y costumbres sociales que regulan sus comportamientos y marcan las
distancias entre la libertad y el destino, la imaginación y la conciencia.
Su producción poética comprende títulos como Poesía
(1907), Rosario de sonetos líricos (1912), El Cristo de Velázquez (1920), Rimas
de dentro (1923) y Romancero del destierro (1927), éste último fruto de su
experiencia en la isla de Fuerteventura, adonde lo deportaron por su oposición
a la dictadura de Primo de Rivera. También cultivó el teatro: Fedra (1924),
Sombras de sueño (1931), El otro (1932) y Medea (1933).
Sus poemas y sus obras teatrales abordaron los
mismos temas de su narrativa: los dramas íntimos, amorosos, religiosos y
políticos a través de personajes conflictivos y sensibles ante las formas
evidentes de la realidad. Su obra y su vida estuvieron estrechamente
relacionadas, de ahí las contradicciones y paradojas de quien Antonio Machado
calificó de "don quijotesco".
Considerado como el escritor más culto de su
generación, fue sobre todo un intelectual inconformista que hizo de la polémica
una forma de búsqueda. Jubilado desde 1934, sus manifiestas antipatías por la
República española llevaron dos años más tarde al gobierno rebelde de Burgos a
nombrarlo nuevamente rector de la universidad de Salamanca, pero fue destituido
a raíz de su pública ruptura con el fundador de la Legión. En 1962 se
publicaron sus Obras completas y en 1994 se dio a conocer la novela inédita
Nuevo mundo.[2]
Miguel de Cervantes Saavedra
(Alcalá de Henares, España, 1547 - Madrid, 1616)
Escritor español, autor de Don Quijote de la Mancha (1605 y 1615), obra cumbre
de la literatura universal. La inmensa fama de este libro inmortal, que parte
de la parodia del género caballeresco para trazar un maravilloso retrato de los
ideales y prosaísmos que cohabitan en el espíritu humano, ha hecho olvidar la
existencia siempre precaria y azarosa del autor, al que ni siquiera sacó de la
estrechez el fulgurante éxito del Quijote, compuesto en los últimos años de su
vida.
Cuarto hijo de un modesto médico, Rodrigo de
Cervantes, y de Leonor de Cortinas, vivió una infancia marcada por los
acuciantes problemas económicos de su familia, que en 1551 se trasladó a
Valladolid, a la sazón sede de la corte, en busca de mejor fortuna. Allí inició
el joven Miguel sus estudios, probablemente en un colegio de jesuitas.
Cuando en 1561 la corte regresó a Madrid, la
familia Cervantes hizo lo propio, siempre a la espera de un cargo lucrativo. La
inestabilidad familiar y los vaivenes azarosos de su padre (que en Valladolid
fue encarcelado por deudas) determinaron que su formación intelectual, aunque
extensa, fuera más bien improvisada. Aun así, parece probable que frecuentara
las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca, puesto que en sus textos
aparecen copiosas descripciones de la picaresca estudiantil de la época.
En 1569 salió de España, probablemente a causa de
algún problema con la justicia, y se instaló en Roma, donde ingresó en la
milicia, en la compañía de don Diego de Urbina, con la que participó en la
batalla de Lepanto (1571). En este combate naval contra los turcos fue herido
de un arcabuzazo en la mano izquierda, que le quedó anquilosada.
Cuando regresaba de vuelta a España tras varios
años de vida de guarnición en Cerdeña, Lombardía, Nápoles y Sicilia (donde
había adquirido un gran conocimiento de la literatura italiana), la nave en que
viajaba fue abordada por piratas turcos (1575), que lo apresaron y vendieron
como esclavo, junto a su hermano Rodrigo, en Argel. Allí permaneció hasta que,
en 1580, un emisario de su familia logró pagar el rescate exigido por sus
captores.
Ya en España, tras once años de ausencia, encontró
a su familia en una situación aún más penosa, por lo que se dedicó a realizar
encargos para la corte durante unos años. En 1584 casó con Catalina Salazar de
Palacios, y al año siguiente se publicó su novela pastoril La Galatea. En 1587
aceptó un puesto de comisario real de abastos que, si bien le acarreó más de un
problema con los campesinos, le permitió entrar en contacto con el abigarrado y
pintoresco mundo del campo que tan bien reflejaría en su obra maestra, el
Quijote.
La primera parte de El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha apareció en 1605; el éxito de este libro fue inmediato y
considerable, pero no le sirvió para salir de la miseria. Al año siguiente la
corte se trasladó de nuevo a Valladolid, y Cervantes con ella, para poder
seguir mendigando favores. Mientras los grandes poetas del Siglo de Oro,
empezando por Francisco de Quevedo o Luis de Góngora, gozaban de una sólida
posición o de la protección de aristócratas, y el mejor dramaturgo de la época,
Lope de Vega, podía incluso vivir de su obra, la justa fama que le había dado
la difusión del Quijote sólo sirvió a Cervantes para publicar otras obras que
ya tenía escritas: los cuentos morales de las Novelas ejemplares, el Viaje del
Parnaso y las Comedias y entremeses.
En 1615, meses antes de su muerte, envió a la
imprenta el segundo tomo del Quijote, con lo que quedaba completa la obra que
lo sitúa como uno de los más grandes escritores de la historia y como el
fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra. A partir de una
sátira corrosiva de las novelas de caballerías, el libro construye un cuadro
tragicómico de la vida y explora las profundidades del alma a través de las
andanzas de dos personajes arquetípicos y contrapuestos, el iluminado don
Quijote y su prosaico escudero Sancho Panza.
Las dos partes del Quijote ofrecen, en cuanto a
técnica novelística, notables diferencias. De ambas, la segunda (de la que se
publicó en Tarragona una versión apócrifa, conocida como el Quijote de
Avellaneda, que Cervantes tuvo tiempo de rechazar y criticar por escrito) es,
por muchos motivos, más perfecta que la primera, publicada diez años antes. Su
estilo revela mayor cuidado, y el efecto cómico deja de buscarse en lo grotesco
y se consigue con recursos más depurados.
Los dos personajes principales adquieren también
mayor complejidad, al emprender cada uno de ellos caminos contradictorios, que
conducen a don Quijote hacia la cordura y el desengaño, mientras Sancho Panza
siente nacer en sí nobles anhelos de generosidad y justicia. Pero la grandeza
del Quijote no debe ocultar el valor del resto de la producción literaria de
Cervantes, entre la que destaca la novela itinerante Los trabajos de Persiles y
Sigismunda, su auténtico testamento literario.[3]
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